“Deben haber espíritus que son mas poderosos que el hombre, pero su invocación es una práctica que no debe ser alentada”.
.David Lynch, vía Twitter, 15 de septiembre de 2009.
“¡Tu destino esta inscripto en las calles en las que creciste!”
Sir William Gull
El Londres victoriano ha sido retratado en infinidad de obras: novelas, películas, series televisivas, cuentos populares e historietas. Como un fractal, estas representaciones se han multiplicado y extendido: distintos autores han tomado viejas referencias para construir las propias. Durante Siglos, fue la capital del Imperio más grande que ha conocido el hombre, en sus calles, fábricas, burdeles, palacios y catedrales se pasearon las mentes más brillantes y enloquecidas, los verdaderos dueños del mundo. Esta herencia quedo impregnada en su estructura arquitectónica, y no son pocos los autores que han retomado esta herencia para construir ficciones y no ficciones.
La novela gráfica1 From Hell, de Alan Moore y Eddie Campbell, toma como referencia dos fuentes a la hora de construir su propia versión de Londres: la obra psicogeográfica de Ian Sinclair, y la rica historia ocultista de la zona. Al igual que en el teatro isabelino, el Londres de From Hell es una sombra, apenas un manchón de tinta por donde se pasean por los pálidos y difuminados personajes. Y al igual que una sombra, ese Londres esta cargado de un evocativo poder simbólico. La oscuridad, o mejor dicho, los claroscuros, hacen a la temática de la obra. Las configuraciones que adopto Campbell no son accidentales y releyendo los guiones originales pueden encontrarse aclaraciones precisas de Moore al respecto de la ambientación que tiene reflejar la ciudad.
En Understanding Comics, Scott Mcloud le dedica un capítulo al contraste que se genera entre los personajes y el entorno. Un bajo nivel de detalle en la representación genera mayor identificación por parte del lector, mientras que un exceso de detalle distancia a los objetos representados, los concretiza más. Es común, sobretodo en el comic americano, que los entornos esten poco detallados, y que sean en cambio los personajes el vehículo de la acción. En From Hell esta lógica se quiebra, la ciudad es un personaje en sí mismo, y uno muy bien diferenciado del resto del reparto. Mientras la línea que constituye a los personaje es errática y difuminada, reflejando de manera metáforica el carácter pasajero del ser humano, y la poca trascendencia del individuo en devenir histórico, la ciudad, en cambio, esta representada de una forma hiperdetallista. Las catedrales son dibujadas de manera precisa, los símbolos masónicos ocultos pero al a vista de todos, los obeliscos, los cementerios, incluso las casas de las zonas marginales como WhiteChapel, el escenario es idéntico al real. Pero ante todo, esta bien diferenciado de los personajes. La ciudad, entonces, se constituye como una entidad permanente, más fuerte que el paso del tiempo, inmortal.
Las marcas de los grandes hechos históricos quedan impregnadas en la arquitectura de las ciudades2. stos hechos históricos son detallados en el capítulo 4, titulado “¿Qué pide el señor de tí?”, William Gull da un paseo por la ciudad, particularmente por la zona de East End. Ahí se revelan los ritos druídos que tuvieron lugar antes de la ocupación romana. Estas primitivas sociedades druídas eran sociedades matriarcales que, tras la llegadas de los romanos, fueron revertidas a patriarcales, lo cual y acuerdo a Gull, implicó la entrada de la humanidad a una nueva era de razón. Gull, como masón, pretendía utilizar la ciudad como un altar para realizar los sacrificios necesarios para poder prolongar el dominio del hombre, y a su vez, garantizar su propia inmortalidad y ascenso a la divinidad. Este ritual, implicaba una reversión de los rituales druídas, y cargar de significado un símbolo (la misma ciudad) que sellará definitivamente cual tipo de revuelta femenina.
Gull plantea una distinción entre la magia masculina y la femenina. En ambos casos, se encuentra contenida en símbolos. Pero mientras la magia femenina posee una naturaleza irracional, la magia masculina es mucho mas dura y racional. Los símbolos mágicos utilizados por la magia occidental tienden a sellar el poder y a contenerlo. La ciudad de Londres, con sus múltiples obeliscos, catedrales y cementerios, esta enteramente decorada con estos sellos que contienen la creatividad y la libertad de sus habitantes. La ciudad entonces, se convierte en una prisión, de la misma forma en que lo decían los cultos gnósticos pre cristianos, que entendían a la realidad como una prisión controlada por un inclemente demiurgo creador, que había reemplazado al verdadero Dios.
La mayoría de los personajes (exceptuando tal vez Gull) se mueven por esta prisión de forma errática, apenas entendiendo su lugar en toda la trama de la historia. De hecho, ninguno de los personajes es capaz de revertir su destino trágico. La ciudad es representada en estos momentos como un laberinto, los personajes transitan por las callejuelas de East End, buscando un lugar donde dormir, o una cantina para ahogar sus penurias en un trago de cerveza.
Eventualmente, los asesinatos son realizados de forma precisa y sistemática, y su repercusión en la historia del Siglo XX es reflejada a través de las alucinaciones que sufre el mismo Gull: en el último de los asesinatos, experimenta una epifanía donde observa un rascacielos, oficinas y subterráneos “Para bien o para mal, he parido al Siglo XX” le dice a su cochero, Netley, tras haber concluído su obra. Aun así, y en su locura, Gull descubre que algo no ha salido bien, algo en su ritual no ha quedado del todo terminado, y su ascenso a la eternidad se ve interrumpido a raíz de esta falla. Esta falla no es aclarada, queda a total interpretación del lector.
La conexión más delirante que se permite Moore (de las muchas que incluye) es la coincidencia entre el momento de los asesinatos y el nacimiento de Adolph Hitler. Años después, la Luftwaffle, la fuerza área alemana, bombardearía Londres, destruyendo gran parte de la ciudad. No solo eso, los cohetes v-2, los primeros cohetes inteligentes, atacarían toda la zona periférica de Londres. De no haber sido por las poderosas torretas antiaéreas, la ciudad hubiese quedado derruida.
En algun punto, From Hell consituye la antesala de un apocalípsis. Londres podría haber sido representada de una forma muy sencilla, aun así no habría pérdido el terror al que evoca, pero su caracterización como capital del Imperio y heredera de una rica historia ocultista le dan las caracteristicas perfectas del medio que buscaba Gull para realizar sus asesinatos. Es una racionalización (mística y demente, pero una racionalización al fin) de los asesinatos. La conspiración, y el abuso de poder por parte de las ordenes masónicas y la nobleza, pierden impacto al compararse con la demenencia megalomana de Gull. “Los designios de su majestad apenas son una parte de la gran obra que realizaré” meditá el médico real.
El escenario condiciona a los personajes, pero Gull, casi una encarnación de la naturaleza, resignifica el espacio urbano. Escarbando en su historia más profunda, busca reconfigurar los símbolos que estan ocultos en Lomdres, y darle un nuevo sentido.
1Le cabe esa calificación por su extensión, por su multiplicidad de sub tramas y por la cantidad abrumadora de personajes, y a la vez de todo eso, ser una historieta. From Hell es, en síntesis, una reconstrucción detallada de los asesinatos serie ocurridos en WhiteChapel en la segunda mitad de 1988. Basándose principalmente en el libro de Stephen Knight Jack the Ripper: The Final Solution , donde se apunta que una orden masónica fue quien ejecuto estos crímenes, en nombre de la corona de Inglaterra.
2Este capítulo esta basado en grante en la obra psicogeográfica de Ian Sinclair, quien recuperando el pensamietno situacionista de Guy Debord, analiza el efecto de los espacio en la percepción temporal, y en los sentimientos. En los últimos años, Sinclair estuvo particularmente interesado en la historia ocultista de Londres. No es raro que tambien haya escrito un libro sobre Sir William Gull, los asesinatos de WhiteChapel y Jack el Destripador