There is not such thing as Talent

13 06 2009

Hace dos meses que no reviso el feed de Pitchfork, y hoy a falta de algo mejor para  escuchar que no sean los mismos discos de siempre (en la última semana tres discos de Wilco y media discografía de Squarepusher a la que les saque humo) se me ocurrió que tal vez la revista mas careta tenía algo para decir. La recomendación de la semana es Bitte Orca de Dirty Proyectors, banda que no había escuchado en mi vida. Bajé el disco con poca esperanza y lo estoy escuchando en este mismo momento. Suena como una fiesta a la que fuiste de colado o te invitaron de rebote porque tenés una compañera de la facultad que esta en la pomada y se quiso hacer la simpática con los compañeros de algún práctico entre los que estas vos y cuando caes a la fiesta resulta que hay un montón de gente que conoces de pendejos, que eran talentosos y con los que nunca te llevaste y ahora están haciendo todo lo que siempre quisieron hacer. Y aunque esta gente que ya la conocías , ahora, a esta altura del partido, en ese día justo: resulta que  no tenés nada que ver. Hay un puff en un costado con un tipo en pantalones blancos y camisa colorida de feria americana tocando un organito casio unas melodías que todo el mundo le festeja (que podrías ser vos, y agradeces que no sos v), y en otro costado una chinita con una guitarra acústica soltando grititos, haciendo un ejercicio de teatro y todo eso suena a la vez, como si hubiera una sincronía que todos parecen ver y vos no, o te negás a ver. Alguien pasa una botella de New Age y vos tratás de entender, y tenes miedo de decir algo muy boludo,  asi que te callás la boca aunque varias personas te vienen a hablar y todo. El disco solo produce incomodidad. La incomodidad de presenciar un ritual del que no sos parte, y del cual vos solo sabes que no sos parte, porque ahí nadie esta para juzgarte, asi que te juzgas vos solos por estar  donde deberias haber estado en un principio.

Me recuerda también una sensibilidad que podría haber construido pero no construi, por falta de oportunidad, por falta de voluntad. Es el momento de la fiesta en que te pones retrospectivo. Hay gente se te acerca para hablar, incluso la chica de la facultad a la que no le caías tan antipático como vos pensabas, si que no le parecías un tipo piola que hacia buenas observaciones pero medio tímido (es decir, la imagen que vos querías trasmitir pero de la que estaban tan inseguro). Pero vos solo te aislas, responde con una mueca a casi todo, pedís fuego de mala gana, incluso te pones medio en pedo y soltás algún comentario hiriente que todos disimulan pero en el fondo saben (sabes) que estuviste como el orto.

Es triste cagarle la fiesta a alguien porque no podés encajar.

Pero, con objetividad, el disco es una cagada. Cada arreglo esta hecho para desconcertarte de alguna forma u otra. Y digo desconcertante en un sentido que, podría ser, el de deconstrucción trucha. La deconstrucción, aunque un concepto muy usado en teoría literaria, es una herramienta útil para la filosofía, y por lo tanto aplicable a disciplinas varias, porque sirve para hacer un análisis profundo de las categorías con las que estudiamos fenómenos empíricos. Lo que es mas importante, este análisis nos permite conectar una obra (cualquier sea) con una totalidad que la engloba y le da sentido. Bueno, Dirty Proyectors cae inevitablemente en la trampa de pretenderse disociarse de cualquier totalidad, de cualquier obra previa. Ellos son copados, originales, artístico, creativos, liberales, irresponsables, y vanguardistas, y nada ni nadie les va a decir lo que pueden hacer o no. Ellos arman una fiesta, con instrumentos, gente talentosa, graban cualquier cosa: esto es mas que suficiente como para tener una obra genial, hija del talento. Solo que, en el fondo, Bitte Orca es un pastiche, que no se asume como tal.

Me entero horrorizado que Dirty Proyectors grabo un disco  re imaginando (?) temas de Black Flag, banda fundamental, canónica, pilar del corpus  musical del siglo XX. Una falta de respeto.